NOELIA M. S.: «CREO QUE ES FUNDAMENTAL ACERCAR LOS AUTORES A LOS JÓVENES»

Noelia Muñoz Soto (Granada, 1988), poeta y escritora, es graduada en periodismo por la Universidad de Gales y fundadora de ‘Te doy mis versos’. Le gusta “abrazar con las letras” y cree en la poesía por encima de todas las cosas. Ha trabajado en diversos medios de comunicación además de en reputadas agencias de publicidad a nivel nacional, hasta que en 2020 se centra en su vocación: la literatura. El resultado es éste primer poemario intimista, su participación en varias antologías, entre ellas Los abrazos que no nos dimos (A Fortiori, 2021) y un libro de relatos que pronto llegará a las librerías. Ha sido finalista en diferentes certámenes literarios como Versos a Benedetti, organizado por Casa de América (2020), Primer Destacado de los Retos G Punto en el programa Solamente una vez de RNE (2020) y en el III Concurso de Microrrelato ‘Círculo Creativo’ de Fundación Cajacírculo (2021) y acaba de publicar ‘Los girasoles ya no tienen ganas de verte’ (Valparaíso, 2021), poemario que le trae hoy a nuestra prensa.

«Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

Noelia M. S.: Te mentiría si no te dijera que lo escribí para salvarme. El poemario cuenta una historia de desamor que desemboca en amor propio, el mío. Me ha ayudado a ponerle fin y superar una etapa de mi vida en la que me encontraba perdida y solo veía la luz de la persona a la que amaba, no la propia. De ahí, el título: ‘Los girasoles ya no tienen ganas de verte’. Yo era el girasol y danzaba, de este a oeste, alrededor del astro mayor que era él.

¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?

La mayoría de los poemas y textos de prosa poética que alberga, nacieron en el confinamiento. Ese lapso de tiempo suspendido en el aire, que, en mi caso, me permitió estar conmigo misma más que nunca y cuidarme. Después de ese periodo de escritura compulsiva, quise releer lo que había escrito años atrás. Desde que empecé a sangrar, hasta contener la hemorragia.

Me di cuenta de que formaban un todo, los puntos suspensivos habían dado lugar al punto final. Tuve la sensación de haber armado un puzle. Al fin y al cabo, escribir un libro es eso, y cuando pasa, sientes un latigazo de felicidad tan intenso como breve.» […]

La entrevista completa, en este enlace.