«Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?

María González: Es curioso. Escribí ‘El hambre’ por una necesidad propia y atemporal. Una pérdida de ilusión en el discurso futuro, y una necesidad de expresión de una dolencia propia. Pero el libro se encontró saliendo al mundo al mismo tiempo que una pandemia, y sin haber previsto que parte del lenguaje que usaba en él contenía paralelismos con el lenguaje que ahora inunda las noticias. Infectar, contagiarse, la lucha fratricida con el cuerpo como campo de batalla. Parece que fuera profético en cierto sentido. Pero no, ni mis editores ni yo podíamos haber visto venir una situación como la que estamos viviendo.» (Continúa leyendo)