07.01.21.- En la primera entrega de ‘Prensado en frío’, el poeta malagueño Jorge Villalobos nos habla de su último poemario, ‘Para morir los dos basta con que uno muera’ (2020), editado por Valparaíso ediciones.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Jorge Villalobos: Uno de los motivos que rondaba por mi cabeza a la hora de construir el libro era “¿para qué sirve escribir libros en este siglo XXI?” y a ser posible buenos, claro. Existe un tipo de literatura de advertencia, de presagio, desde la ciencia ficción, la novela histórica y, en un sentido, hasta el Apocalipsis de San Juan, ¿y en la poesía? El motivo podría ser ese, advertir desde una poesía que a su vez es una novela corta de un hecho: el futuro emocional que proyectamos y deseamos (una cena en familia, viajes en verano, un piso con terraza y jardín —artificial—), ese futuro no existe para la ciencia, el futuro real, científico, nos afirma que nos espera una situación terrible, a menos que se luche por conciliar esos dos futuros en uno, el mejor posible, por supuesto.
J.G.: ¿Cómo y cuándo surge la idea del libro?
Jorge Villalobos: Desde hace diez años estudio Teoría literaria en busca de una concepción lo más propia, fundamentada y menos dependiente posible del resto. Mi concepción de una Poética del dolor, desde un dolor íntimo hasta el dolor social, el cual evoluciona a una poética del fracaso generacional, económico o, desde el espacio de la subjetividad, a mi propuesta en este libro: un “Intimismo ecológico”. Significa definir una realidad emocional (en este caso, un futuro emocional, el futuro amoroso) como elemento de concienciación social (aquí es conciencia ecológica) para enfrentarse al desequilibrio, el “dolor” que produce una realidad objetiva (la cual es un futuro científico, de cambio climático, de estadísticas y estudios). Siempre pongo el mismo ejemplo: cuando concebimos el futuro, es probable imaginar una comida con amigos o en familia en un piso con jardín y mascotas, ¿no? Pues para la ciencia ese futuro no existe y querer ese futuro significa cambiar el que pronostican los estudios y estadísticas. No hay más epopeya en esta historia que ese hecho cotidiano, peor el acto más insignificante puede ser el germen de todo cambio social y axiológico. Cuando hace tres años tuve todo esto medianamente claro, quise llevar el “Intimismo ecológico” a la práctica, de ahí este libro. Tres intensísimos años para materializarlo.» (Continúa leyendo)