«Cómo me apetecía meter en la prensa una deslenguá (para bien) como Carmen Camacho, un poquito de aires populares, una pizca de romanticismo y Generación del 27, esencia de la abuela Carmen y de la tía Dolores, jaiku andalú, buen hacer, vida y pensamiento y ver qué salía. Como siempre con Carmen, la realidad supera a las expectativas. Confieso que he pasado un rato magnífico –a pesar de que se me ha clavado una huerfanita en un ojo- y ahora os toca a vosotras.
Javier Gilabert: ¿Por qué este libro y por qué ahora?
Carmen Camacho: Además de porque me brota, porque vindico, como acto político, la palabra en el aire y Deslengua es eso, un cuaderno de cantares que se intentan arrimar a las formas populares, que en el aire son de cualquiera y de nadie. Las doy ahora y así, porque estos cantares pedían ser publicados en una editorial y colección que las comprendiera por el mismo lado que yo –nuevamente, como un acto político-. Libros de la Herida y la colección Vivezas es su sitio. En la actualidad, la poesía de hechura popular y tradicional mola si es de Japón, pero si es de nuestra tradición se tiene por algo convencional y rancio, cuando la viva voz sin malversar, de donde sea, es estrictamente todo lo contrario, deslengua viva.» (Continúa leyendo)