SABINA BENGOECHEA: «EL PASILLO DE UN HOSPITAL ESTÁ LLENO DE VERSOS»
Sabina Bengoechea (Almería, 2000) es estudiante de Enfermería y reside en Granada. En 2016 ganó el accésit del XXVI Concurso de Narraciones Cortas Luis Landero y el accésit del X Concurso de Cuentos Interculturales Diputación de Almería. En 2017 obtuvo el primer premio del XXXV Certamen Literario Roquetas de Mar en la modalidad de poesía. En 2021 obtuvo el XXXIII Premio Poeta Eduardo de Ory Sevilla en la modalidad de poesía.
Ha participado en la Escuela de Escritores Noveles, organizado por el Centro Andaluz de las Letras, en los años 2016 y 2017. Ha publicado textos en colecciones como Letras de Papel, dirigido por el Centro Andaluz de las Letras, y en Colección Letras, dirigido por el Instituto de Estudios Almerienses. Fue finalista del VI Premio Valparaíso de Poesía. Algunos de sus poemas han aparecido en la revista ‘Santa Rabia Magazine’ y en la revista ‘Kametsa’.
«Javier Gilabert: ¿De dónde te viene la pasión por escribir? ¿Y desde cuándo?
Sabina Bengoechea: La escritura llegó a mi vida como llegan a veces las cosas más importantes, de casualidad. Siempre he sido una lectora voraz gracias a mi padre, quien de pequeña me compraba los libros de Gloria Fuertes y de El Barco de Vapor. Cuando pienso en mi infancia, me recuerdo leyendo sin parar y odiando estudiar Lengua en el colegio. La educación que tenemos no está diseñada para acercarnos a la literatura, así que la descubría por mi cuenta. Nunca me ha gustado la televisión, prefería refugiarme en los libros a todas horas desarrollando un amor por ellos que a veces roza la obsesión -risas-. De pequeña inventé en casa el “No cumpleaños”: quedarme con el libro que iba a regalar a algún amigo y no ir a la fiesta. A día de hoy a veces lo hago, por eso me obligo a regalar libros que ya he leído.
En mi vida lectora hubo un punto de inflexión a los doce años, cuando mi profesor de Literatura ofreció subir un punto en la evaluación si nos presentábamos al Certamen Literario Mariana Pineda, en Granada. Escribí un relato de cinco páginas y me presenté al certamen con el fin de subir mi nota del instituto y gané el primer premio en la modalidad. Esa casualidad se convirtió en afición por la escritura, y esta a su vez en necesidad. Siempre tengo en mente las palabras de Ana María Matute: “La literatura ha sido el faro salvador de muchas de mis tormentas”. »
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