Julio César Jiménez: «Debe haber (y habrá) mucha inspiración de mierda espléndidamente publicada en el futuro para que la buena literatura brille con más intensidad»

 

En esta entrega conversamos con Julio César Jiménez, poeta, ganador del XXX Premio Nacional de Poesía José Hierro, sobre su obra, su poética, los premios literarios o las librerías de barrio, entre otras muchas cuestiones.

 

«Fernando Jaén (F.J.): Con ‘Credo del Ardor’, ganaste el XXX Premio Nacional de Poesía José Hierro, un prestigioso galardón que se suma a la lista de tus premios literarios. ¿Qué valor le concedes a estos premios? ¿Abren o cierran puertas?

Julio César Jiménez: Es una pregunta que cada vez tiene más sentido hacérsela. A veces, ganar un premio significa (salvo para los escritores con poca dignidad) que la notoriedad y la divulgación presentan contraindicaciones. Tenemos el caso de esas grandes editoriales que premian y fomentan la literatura de bajo nivel: low cost poetry o subpoesía. Ante este panorama, mucha gente se indigna y pone el grito en el cielo sin que se le escapen los motivos que hay detrás, aunque mi opinión es que hay que relativizarlo; se trata de una liga aparte que tiene un público exclusivo sin interés para mí. Creo que debemos confiar en el lector con cierto espíritu de excelencia (esprit de finesse) al cual no le importa remover el cieno para encontrar, al fondo, diamantes. Este hallazgo se traducirá en una mayor satisfacción personal y en la constatación de que la buena literatura siempre se abre paso. De hecho, debe haber (y habrá) mucha inspiración de mierda espléndidamente publicada en el futuro para que la buena literatura brille con más intensidad.

En mi caso, los premios literarios me sirven exclusivamente para publicar y, por tanto, delimitar y defender una voz, si la tengo. Y aunque he ganado algunos de cierto peso, nunca espero nada de nadie. Creo que es mejor así. Respeto y hasta envidio a quienes no necesitan ganar premios para publicar, pero yo sólo puedo hacerlo de esta manera, desde la pura competencia.

¿Abren o cierran puertas? No sé, aunque tengo la firme creencia de que pueden llegar a ser peligrosos para la salud de algunas personas. Por un lado pueden acabar con tu paciencia, y por otro, te enteras de asuntos feos que hubiera sido mejor no saber. Sin embargo, si sientes la imperiosa necesidad de presentarte a concursos, hazlo a aquellos que estén fuera de sospecha, los más alejados de ti. Y nunca, nunca, vincules tu obra al poder u otro sucedáneo. Si lo haces, estás perdido.» (Continuar leyendo)