F. David Ruiz (Rute, 1987) es escritor y poeta. Es licenciado en Filología Hispánica y Filología Románica por la Universidad de Granada. Es, asimismo, autor del poemario Escalera de incendios y de la novela Alma de cántaro.
Como poeta ha aparecido en diferentes publicaciones y antologías como El álbum del fingidor de Joaquín Puga (Valparaíso Ediciones) o Pero yo vuelo. Antología de la más joven poesía en Granada (Ediciones en Huida). Ha sido asimismo colaborador de diferentes publicaciones de carácter literario.
Durante el curso 2012/2013 obtiene una beca de escritura en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores donde trabajó en su primer proyecto de novela.
En 2016 gana el Premio GranaJoven de poesía que convocan el Ayuntamiento y la Academia de Buenas Letras de Granada, por su primer poemario Escalera de incendios (Alhulia). También en ese año obtiene su plaza como profesor de Secundaria.
Como narrador ha logrado diversos premios por sus relatos cortos. En 2019, obtiene el II Premio Biblioteca Fundación Antonio Gala por Alma de cántaro, su primera novela, publicada en la editorial Booket, del sello Planeta, y que actualmente es finalista del Premio Andalucía de la Crítica. Alma de cántaro es una novela que recoge la memoria oral de los pueblos para enlazarla a través de la ficción con la historia de mujeres reales del sur de Córdoba. Es también una reivindicación de la mujer rural, muestra de la sororidad en los años 40.
«Javier Gilabert: ¿Cómo llegas a la Fundación Antonio Gala y qué ha supuesto para ti como persona y como escritor tu paso por la misma?
F. David Ruiz: Ante todo, muchas gracias por esta entrevista. Me hace especial ilusión tener un hueco así en secretOlivo.
Para empezar diré que conocí la Fundación desde muy joven, sin tener todavía edad para enviar mi proyecto. Cualquier cordobés, y me atrevería a decir que andaluz, que se dedique mínimamente al arte o la literatura conoce la estancia que regala la Fundación a los y las privilegiadas que son capaces de conseguir la beca. Yo no había probado suerte nunca, lo hice tras acabar mi vida académica porque fue entonces cuando supe que tenía algo que contar. No es vanidad, fue realmente así. A pesar de ello, el proyecto que presenté era el de un libro de relatos que, poco a poco, se fue convirtiendo en una novela, lo que años después sería Alma de cántaro.» (Continúa leyendo)