«La poesía, además de ser el género literario más hermoso, puede llegar a tener utilidad fuera del ámbito de lo literario. Así al menos lo cree el especialista en Medicina Interna, Fernando Jaén, el cual se ha valido de los 46 poemas que componen La palabra del ciervo para enfrentarse a una doble crisis: la profesional y la vital.

A pesar de que a estas alturas no esté de moda hablar de la pandemia, en plena crisis sanitaria el autor se vio obligado a enfrentarse cuerpo a cuerpo contra el virus y atender, entre todos aquellos pacientes, a un médico jubilado en sus últimos días que consideraba como uno de sus maestros, el doctor Luis Hernández, y al que le dedica una Elegía que forma parte necesaria de este libro. Estas circunstancias, unidas a la dureza propia de su trabajo, a la lucha diaria contra el dolor y la muerte que son connaturales a su profesión, llevan al autor a replantearse de un lado su vocación como médico y de otra como poeta.» […]

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