«Sólo te asombra el mundo de tu espíritu,
los demás mundos te aburren. Te aburre
ese aliento común, esa garganta
bien sentada en el sillón de un silencio.
Respirar no significa estar vivo.
Y qué bello es morir sobre algún verso
como quien se derrumba en el amor:
dame en el centro, es donde soy más libre.»