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Las dudas

 

Los poemas que escribí al principio

eran mapas en los ojos de mi madre,

manos temblorosas en piadosos pechos,

almendras verdes en bocas amargas.

 

Eran los primeros besos,

la ternura de un cielo posible,

las ganas de leer y acostarse tarde,

de conocer todas las especies de saltamontes,

seguir el cauce travieso y sabio de un riachuelo,

ver la imagen proyectada de uno mismo en la montaña.

Percibir la vida como si siempre fuera así de verdadera.

 

Lo que imaginaba ser de mayor se terminó por desarmar.

Lo que uno es en realidad termina saliendo, sin remedio.

 

Los poemas que escribo son dudas que intentan definirme.